Es curioso como la muerte forma parte de la vida. Tan real y continuo, tan rápido y fugaz.
No vemos todo pero lo queremos, imaginamos posibles viajes pero solo tomamos café. No conocemos ni una mínima parte de la sociedad y ahora ya no saludamos ni a los vecinos. La gente vive atemoriazada por el día final, el personal o el mundial, da igual.
Hacemos planes sin parar, "futureamos" y perdemos el conocimiento. El mundo no sabe convivir si no se hace con tratados, política de rejas y de contención.
Vivir o morir, nacer en la economía, sentimientos de norma y papel. Voces de discurso y arrogancia social.
Porcentajes de porcelana y miserias marrones. Nos da miedo lo intocable y rezamos con el pánico en el pecho. Sí, somos muy fuertes, el hierro de los tanques es perforado por las palabras de los líderes.
Vendemos humo y maquetas.
Julián Castillo Cañizares
