martes, 20 de abril de 2010

"Rain City"

Bilbao es recogida, atenta y engañosa. Engañosa porque los medios de comunicación son unos cabrones.
¡Vivimos engañados por su culpa!

He pasado de ver la zona como territorio enemigo a bromear con lo que puede pasar como bromeable. Así, pensando y caminando me he descuidado y he pasado de Moyúa a Casco mirando con descaro a la cultura griega del norte egpañol. Aunque les pese a estos brutos de monte y leña.
Quién diga que hace frío miente. Digamos que yo tengo una temperatura un tanto personal. Un calor no muy distante de la tierra que me vio crecer, aquella que estará esperando a que los redondos ibéricos libren de brazos a aquellas que dieron vida al vino de esta cosecha.

El campaneo de la catedral me avisa de que es alguna hora a quinientos kilómetros de Madrid. Me asomo al balcón y la callejuela destapa transeúntes dispares y garbi creando lluvia de mentira.
Enfrente, cuatro cuadrados grandes y cuatro pequeños. No es mi nueva pintura, es la geometría caprichosa vecinal. Cortinas, un salón y una mujer hilando el otoño.
Las farolas bajan, yo cierro los ojos cada vez más fuerte.
Santiago repica de nuevo.

Frunzo el ceño.

Salto.