viernes, 20 de noviembre de 2009

Subsónico

Pensamientos impuros, rayas y algún grito de euforia tirado al lado de la tele miro como la lluvia se filtra sobre mi pecera.
Una nota sobre la mesa, un mensaje en el contestador sin escuchar y la bombilla rota. El azul del cartel luminoso de Coffee parpadea en mi ventana abierta por la cual entra la lluvia.
Un avión cada cinco minutos surca mis oídos.
Una ambulancia a lo lejos me recuerda mis paseos por Madrid. Golpes. Golpes en la casa de al lado. Randy vuelve a ensañarse con Pamela. El bebé llora y mi toca discos cambia de canción.
Bowie, siempre me trasladas a Marte, allí por lo menos la beer esta más barata que en la Taberna de Michello.
Las cucarachas de Lucero se han venido conmigo. Ringo llega mojado buscando comida. Entra, se sacude y me explica lo que le pasa. Bebe agua del charco de mi ventana y se tumba en el sofá.
Creo que llevo dos días en la misma posición. No veo polvos en ningún sitio.
Un tiro me despierta. El callejón de mi ventana es el cementerio de Nueva Orleans.
Me vuelvo a despertar. Los camiones llegan al mercado a repartir comida y mis tripas sonaron ayer, hoy deben estar muertas.
Día tres. Amanece y no hay lluvia, la humedad a echado a perder ese cuadro que me regalaste.
Me he partido en dos y el gato viene a olisquear.
Lo acaricio y me muerde. De rabia lo golpeo con toda mi ira y una fuerza sacada del aire.
Le quito la vida contra la pared. Es una lucha por sobrevivir.
Cojo la botella verde. Vacía.
Miro al gato tras mi vuelta a la tranquilidad. He matado al felino, quería matarme el muy hijo de puta.
Mejor así, no había comida para dos.
Lloro un momento.
Suena mi puerta. Golpes, golpes de furia. Me hago el muerto.
Ya estoy muerto...


i_an